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¿Existen las señales del universo?

Averigua por ti mism@ si se trata de una señal y si te conviene seguirla

Te preguntarás si este post va de magia (tema qué me encanta!) o quizá de cosas paranormales… pero la realidad es que no. Tampoco es un ensayo científico en el que pueda sustentar lo sucedido. Simplemente quiero compartirte algunas reflexiones y una que otra experiencia por las que he pasado y que me ha hecho creer que a veces el universo sí se manifiesta y envía algunas señales que tienen que ver con el rumbo por el que transitas o con las decisiones que tomas.

Quién sabe… a lo mejor te ayude en algo…

Sería más fácil si el universo pudiese enviarte un wsp, un mail…o una carta (a la vieja usanza), pero definitivamente sus señales no son tan directas o fáciles de descifrar. Es como cuando le gustas a un chico, quizá no llegue y te declare su amor de buenas a primeras, pero sí comenzará a tener ciertos detalles que, pasado un tiempo, te harán saber que hay un interés.

Pues bien, en mi opinión el universo sí tiene una especie de voz propia, una que es capaz de comunicarte ciertas pistas. De algún modo está pendiente de tus acciones y con sus señales te puede ayudar a transitar por el mundo o incluso te puede llevar a tomar mejores decisiones. Algunas señales no se comprenden hasta después de que transcurre un buen tiempo, años incluso.

Recuerdo por ejemplo, la época en la que comencé a sentirme más perdida en mi vida. Aunado a la enorme angustia que me provocó el pensar que no volvería a ver a Andriev, tenía una especie de vacío interno y no entendía de dónde provenía. Desde muy chica tuve oportunidad de viajar por el mundo en compañía de mi familia, conocí rincones increíbles, culturas interesantísimas, diferentes perspectivas de ver la vida… pero pese a todo me sentía incompleta.

Por aquel entonces recibí una invitación para tomar un curso de dibujo de iluminación medieval en Lichtenstein (Alemania) y decidí aceptarlo casi inmediatamente. El arte siempre había sido una instancia que había logrado rescatarme, no veía por qué podría ser diferente aquella vez. Hoy sé que el universo estaba observándome y sabía perfectamente lo que necesitaba, y no me refiero a la belleza del Castillo de Lichtenstein o mis aprendizajes en el curso. No. La señal me llegó a través de Libia, una oscura y arisca chica que conocí ahí y que más que confianza, me  causaba desconcierto… sus formas de conducirse eran algo perturbadoras. Nunca me pasó por la cabeza que pudiéramos llegar a ser amigas, mucho menos que su intervención se convertiría en un punto de inflexión en mi vida.

Ella me dijo que tenía que enfrentar mis pesadillas, que por aquel tiempo eran recurrentes, y me afectaban más de la cuenta. No me conocía mucho pero debo decir que sus palabras eran certeras. Entretanto ocurrirían muchas cosas…(te las explico a detalle en mi bitácora y en mis Viajes Secretos) pero aquel encuentro y su bemoles desencadenarían en que tiempo después yo recordara mis orígenes y reafirmara quién soy hoy. Y solo hasta entonces desapareció el vacío y volvió aquella paz interna que había perdido. ¿Coincidencia haberla conocido en ese justo (y crítico) momento? No lo creo.

Aunque al principio su personalidad extraña y poco amable me desagradaba, y me producía rechazo, ahora entiendo que el universo a veces no se anda con sutilezas para darnos ciertas lecciones. Esto me lleva al siguiente punto…

Tipos de señales que manda el universo

Las señales pueden ser de muchos tipos, hay unas simples y otras mucho más complejas. Puede ser que sin expectativa alguna hayas leído ese libro que te marcó, quizá escuchaste una canción que hablaba exactamente de lo que te ocurría o te pasó que pensabas en alguien al que hace tiempo no veías y más tarde te lo encontraste caminando por la calle.

Otras señales llegan revestidas de sorpresas, pueden ser noticias o eventos inesperados, como una oferta laboral desafiante, un boleto increíblemente barato para viajar al destino de tus sueños o una invitación al evento al que asistirá esa persona que tanto admiras.

Sin embargo, no todas las señales vienen en un envoltorio agradable. Algunas tienen mas bien cara de infortunio: una discusión, un rompimiento con alguien importante, una enfermedad, un despido. Todos hemos pasado alguna vez por algún tipo de experiencia difícil. ¿Es que el universo nos quiere hacer daño? ¿Pero qué obtendría con eso?

Créanme, me lo he preguntado mucho y hoy creo que no. No es que al universo le guste vernos sufrir. A veces necesitamos cosas que no comprendemos en el momento y que nos pueden causar mucho dolor. Según lo entiendo yo, el universo sabe el camino que nos conviene, por lo tanto, muchas veces nos da lo que necesitamos en lugar de lo que queremos. ¿Te hace sentido?

Si el universo tiene el “conocimiento” de lo que es mejor para nosotros, muchas veces se verá obligado a mandarnos eventos que si bien, no nos gustan de inicio o directamente nos producen dolor, muy probablemente a la larga nos sienten bien o les encontremos el sentido. Creo que un buen ejercicio a practicar cuando algo malo nos sucede es parar, respirar profundo y preguntarse ¿qué está tratando de decirme el universo?, ¿cuál es la lección que está tratando de enseñarme con esto?

Al menos yo lo intento y de esa forma consigo ver las cosas desde otra perspectiva. Si le quitas el foco al problema y te centras en el para qué, más que en en por qué, serás capaz de gestionar mejor cualquier situación.

Entonces, ¿conviene escuchar los mensajes del universo?

Primero hay que decir que las señales del universo no son órdenes. El universo no te dice lo que tienes que hacer, mucho menos te obliga. Como hemos visto, te envía mensajes o señales sutiles, sobre caminos que considera que serían interesantes para ti… pero si decides explorarlos o no, eso depende de ti.

Si me preguntas, suele ser buena idea aceptar el reto porque te puede conducir a lugares interesantes, a eventos que te hagan descubrir nuevas facetas, es una oportunidad de crecer. Aunque, insisto: es opcional.

Sin embargo, es justo mencionar que hay excepciones a la regla…

Creo que cuando el universo se da cuenta de que el camino que estás tomando se aleja por mucho de las mejores posibilidades, puede intervenir de manera más insistente para demandarte que le hagas caso. Si no lo haces, es probable que te envié una señal tras otra hasta que llegue un momento en que no te quede más remedio que obedecer.

¿Alguna vez tuviste que posponer un compromiso o quizá buscar un reemplazo para tu trabajo porque caíste enferma irremediablemente? Quizá fue alguna dolencia o una gripe que te impidió moverte de tu cama. O quizá fue alguna noticia que, contra tu voluntad, te obligó a interrumpir algún proceso para concentrarte en otra cosa.

Hay muchas experiencias que pueden servir de ejemplo. Yo misma he pasado por momentos en los que las señales han llegado de forma tan abrupta que he tenido que frenar de golpe. Siempre está la opción de continuar en modo automático, sin embargo, en mi opinión, esos son los momentos precisos que la vida te regala para repensar las cosas.

El universo se comporta como un mentor, podría ser una especie de maestro o un buen padre de familia. Te deja que juegues un rato, que te diviertas. Posiblemente te llame la atención una o dos veces cuando es necesario, siempre intentando que lo escuches para impedir que tropieces y termines en el suelo. Pero si insistes y te pasas de la raya es posible que la cosa acabe con un grito y una gran reprimenda… Lo ideal es no tener que llegar nunca a ese punto. Mejor ser una buena hija o hijo, y hacerle caso a la primera, sobretodo cuando se pone serio.

Cómo saber si realmente se trata de una señal del universo

Hasta acá hemos visto qué son las señales del universo, el envoltorio que suelen tener y la conveniencia de escucharlas. Pero ¿cómo saber si realmente se trata de un mensaje que la vida nos quiere hacer llegar?

Quizá estés pensando que casi cualquier cosa pudiese interpretarse como tal… por ello te doy un par de claves que me han permitido ser más selectiva y reconocer una señal de forma más acertada:

*No caigas en el error de banalizar el concepto

No podemos pasarnos la vida pensando que cada pequeño detalle que aparece se trata de una señal. Caeríamos en una especie de obsesión donde todo importa y por lo tanto nada es verdaderamente especial…

Tampoco podemos esperar de brazos cruzados a que el universo nos diga qué hacer en cada momento. La realidad es que las señales del universo son excepcionales, la mayor parte de tu vida tú te encargarás de poner la pauta, de tomar las decisiones del rumbo que pretendes seguir, y es bueno que sea así.

En lugar de observar con lupa cada evento que ocurra en tu vida es mejor que simplemente ¡vivas la vida! Te puedes plantear la posibilidad de haber recibido una señal cuando se trate de algo crucial, algo que te sorprenda o algo que realmente capte tu atención.

*Pon atención a estos dos envoltorios en los que vienen la señales:

1. Envoltorios con sincronicidad: La sincronicidad es un concepto que el psicólogo Carl Jung definió como “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal». Mmm… en otras palabras lo que cotidianamente llamamos “casualidad”.

Pero como decía antes, no es cualquier casualidad. Quizá te suene el hecho de que algo aparezca en tu vida varias veces en un periodo acotado de tiempo, o tal vez se trate dos eventos inconexos pero que apuntan hacia una misma dirección: puede ser que leas una frase en un libro y luego la escuches por coincidencia en la conversación de unos desconocidos que caminaban en el anden del metro que estabas por tomar…

También puede ser que tengas un tema importante dando vueltas en la cabeza y que por casualidad llegue a tu vida algo que está íntimamente relacionado con esto. Quizá se trate de la solución, de otra perspectiva o de un reforzamiento…

Si detectas una sincronicidad y consideras que el universo realmente está tratando de decirte algo, intenta aterrizar la señal para averiguar hacia dónde te lleva.

2. Envoltorios desafortunados: malas noticias, sustos, fracasos… todos aquellos eventos que tienen una connotación negativa. Como te comentaba antes, son asuntos que suelen desanimarnos en una primera instancia. Y es lo que toca. Somos humanos.

Recuerda que si te ves envuelto en alguna situación así, un buen ejercicio es preguntarse qué está tratando de decirte el universo. ¿Es esto un mensaje invitándome a cambiar? ¿Es una especie de “llamada de atención” del universo?

Hay que tener presente que muchas veces los eventos más dolorosos acaban abriendo nuevos caminos.

Como conclusión…

Puede que hayas llegado hasta acá pensando que tal vez todo lo anterior se pueda explicar de otra forma, quizá pienses que esas “señales del universo” no son más que simples casualidades, consecuencias lógicas de tus acciones o bien, un resultado natural de tu entorno.

Y, ¿sabes qué?… Quizá tengas razón.

No obstante, yo prefiero verlas como señales, porque eso ha logrado que tenga una mejor relación con la realidad.

Me explico: cuando pienso que el universo, conocedor de los caminos más interesantes, quiere lo mejor para mí e incluso es capaz de enviarme alguna pista para transitar por este complejo mundo, mantengo los ojos abiertos pero vivo más relajada y por sobre todo, acepto mejor todo lo que me ocurre.

¿Has conocido gente que pasa diciendo que todo lo malo le pasa siempre? Hay quien vive con miedo o con rabia, quien filtra las cosas a través de un lente más negativo… pues no está de más intentar cambiar ese filtro.

¡Ojo! Con este post no intento convencerte de que pienses igual que yo, solo quiero animarte a reflexionar un poco y compartirte una forma muy personal de entender la realidad por si te sirve de algo…

Quizá podríamos terminar con un ejercicio. Imagina que todo lo que he dicho es verdad. Que el universo está pendiente del camino que tomas y que puede comunicarse contigo. Situándote en los eventos más significativos de tu vida ¿Podrías decir que has escuchado al universo? ¿Sabes lo que te está tratando de decir? Y lo más importante, ¿Le has hecho caso?

Te dejo reflexionar sobre ello!

Pascua

Averigua por ti mism@ si se trata de una señal y si te conviene seguirla

Te preguntarás si este post va de magia (tema qué me encanta!) o quizá de cosas paranormales… pero la realidad es que no. Tampoco es un ensayo científico en el que pueda sustentar lo sucedido. Simplemente quiero compartirte algunas reflexiones y una que otra experiencia por las que he pasado y que me ha hecho creer que a veces el universo sí se manifiesta y envía algunas señales que tienen que ver con el rumbo por el que transitas o con las decisiones que tomas.

Quién sabe… a lo mejor te ayude en algo…

Sería más fácil si el universo pudiese enviarte un wsp, un mail…o una carta (a la vieja usanza), pero definitivamente sus señales no son tan directas o fáciles de descifrar. Es como cuando le gustas a un chico, quizá no llegue y te declare su amor de buenas a primeras, pero sí comenzará a tener ciertos detalles que, pasado un tiempo, te harán saber que hay un interés.

Pues bien, en mi opinión el universo sí tiene una especie de voz propia, una que es capaz de comunicarte ciertas pistas. De algún modo está pendiente de tus acciones y con sus señales te puede ayudar a transitar por el mundo o incluso te puede llevar a tomar mejores decisiones. Algunas señales no se comprenden hasta después de que transcurre un buen tiempo, años incluso.

Recuerdo por ejemplo, la época en la que comencé a sentirme más perdida en mi vida. Aunado a la enorme angustia que me provocó el pensar que no volvería a ver a Andriev, tenía una especie de vacío interno y no entendía de dónde provenía. Desde muy chica tuve oportunidad de viajar por el mundo en compañía de mi familia, conocí rincones increíbles, culturas interesantísimas, diferentes perspectivas de ver la vida… pero pese a todo me sentía incompleta.

Por aquel entonces recibí una invitación para tomar un curso de dibujo de iluminación medieval en Lichtenstein (Alemania) y decidí aceptarlo casi inmediatamente. El arte siempre había sido una instancia que había logrado rescatarme, no veía por qué podría ser diferente aquella vez. Hoy sé que el universo estaba observándome y sabía perfectamente lo que necesitaba, y no me refiero a la belleza del Castillo de Lichtenstein o mis aprendizajes en el curso. No. La señal me llegó a través de Libia, una oscura y arisca chica que conocí ahí y que más que confianza, me  causaba desconcierto… sus formas de conducirse eran algo perturbadoras. Nunca me pasó por la cabeza que pudiéramos llegar a ser amigas, mucho menos que su intervención se convertiría en un punto de inflexión en mi vida.

Ella me dijo que tenía que enfrentar mis pesadillas, que por aquel tiempo eran recurrentes, y me afectaban más de la cuenta. No me conocía mucho pero debo decir que sus palabras eran certeras. Entretanto ocurrirían muchas cosas…(te las explico a detalle en mi bitácora y en mis Viajes Secretos) pero aquel encuentro y su bemoles desencadenarían en que tiempo después yo recordara mis orígenes y reafirmara quién soy hoy. Y solo hasta entonces desapareció el vacío y volvió aquella paz interna que había perdido. ¿Coincidencia haberla conocido en ese justo (y crítico) momento? No lo creo.

Aunque al principio su personalidad extraña y poco amable me desagradaba, y me producía rechazo, ahora entiendo que el universo a veces no se anda con sutilezas para darnos ciertas lecciones. Esto me lleva al siguiente punto…

Tipos de señales que manda el universo

Las señales pueden ser de muchos tipos, hay unas simples y otras mucho más complejas. Puede ser que sin expectativa alguna hayas leído ese libro que te marcó, quizá escuchaste una canción que hablaba exactamente de lo que te ocurría o te pasó que pensabas en alguien al que hace tiempo no veías y más tarde te lo encontraste caminando por la calle.

Otras señales llegan revestidas de sorpresas, pueden ser noticias o eventos inesperados, como una oferta laboral desafiante, un boleto increíblemente barato para viajar al destino de tus sueños o una invitación al evento al que asistirá esa persona que tanto admiras.

Sin embargo, no todas las señales vienen en un envoltorio agradable. Algunas tienen mas bien cara de infortunio: una discusión, un rompimiento con alguien importante, una enfermedad, un despido. Todos hemos pasado alguna vez por algún tipo de experiencia difícil. ¿Es que el universo nos quiere hacer daño? ¿Pero qué obtendría con eso?

Créanme, me lo he preguntado mucho y hoy creo que no. No es que al universo le guste vernos sufrir. A veces necesitamos cosas que no comprendemos en el momento y que nos pueden causar mucho dolor. Según lo entiendo yo, el universo sabe el camino que nos conviene, por lo tanto, muchas veces nos da lo que necesitamos en lugar de lo que queremos. ¿Te hace sentido?

Si el universo tiene el “conocimiento” de lo que es mejor para nosotros, muchas veces se verá obligado a mandarnos eventos que si bien, no nos gustan de inicio o directamente nos producen dolor, muy probablemente a la larga nos sienten bien o les encontremos el sentido. Creo que un buen ejercicio a practicar cuando algo malo nos sucede es parar, respirar profundo y preguntarse ¿qué está tratando de decirme el universo?, ¿cuál es la lección que está tratando de enseñarme con esto?

Al menos yo lo intento y de esa forma consigo ver las cosas desde otra perspectiva. Si le quitas el foco al problema y te centras en el para qué, más que en en por qué, serás capaz de gestionar mejor cualquier situación.

Entonces, ¿conviene escuchar los mensajes del universo?

Primero hay que decir que las señales del universo no son órdenes. El universo no te dice lo que tienes que hacer, mucho menos te obliga. Como hemos visto, te envía mensajes o señales sutiles, sobre caminos que considera que serían interesantes para ti… pero si decides explorarlos o no, eso depende de ti.

Si me preguntas, suele ser buena idea aceptar el reto porque te puede conducir a lugares interesantes, a eventos que te hagan descubrir nuevas facetas, es una oportunidad de crecer. Aunque, insisto: es opcional.

Sin embargo, es justo mencionar que hay excepciones a la regla…

Creo que cuando el universo se da cuenta de que el camino que estás tomando se aleja por mucho de las mejores posibilidades, puede intervenir de manera más insistente para demandarte que le hagas caso. Si no lo haces, es probable que te envié una señal tras otra hasta que llegue un momento en que no te quede más remedio que obedecer.

¿Alguna vez tuviste que posponer un compromiso o quizá buscar un reemplazo para tu trabajo porque caíste enferma irremediablemente? Quizá fue alguna dolencia o una gripe que te impidió moverte de tu cama. O quizá fue alguna noticia que, contra tu voluntad, te obligó a interrumpir algún proceso para concentrarte en otra cosa.

Hay muchas experiencias que pueden servir de ejemplo. Yo misma he pasado por momentos en los que las señales han llegado de forma tan abrupta que he tenido que frenar de golpe. Siempre está la opción de continuar en modo automático, sin embargo, en mi opinión, esos son los momentos precisos que la vida te regala para repensar las cosas.

El universo se comporta como un mentor, podría ser una especie de maestro o un buen padre de familia. Te deja que juegues un rato, que te diviertas. Posiblemente te llame la atención una o dos veces cuando es necesario, siempre intentando que lo escuches para impedir que tropieces y termines en el suelo. Pero si insistes y te pasas de la raya es posible que la cosa acabe con un grito y una gran reprimenda… Lo ideal es no tener que llegar nunca a ese punto. Mejor ser una buena hija o hijo, y hacerle caso a la primera, sobretodo cuando se pone serio.

Cómo saber si realmente se trata de una señal del universo

Hasta acá hemos visto qué son las señales del universo, el envoltorio que suelen tener y la conveniencia de escucharlas. Pero ¿cómo saber si realmente se trata de un mensaje que la vida nos quiere hacer llegar?

Quizá estés pensando que casi cualquier cosa pudiese interpretarse como tal… por ello te doy un par de claves que me han permitido ser más selectiva y reconocer una señal de forma más acertada:

*No caigas en el error de banalizar el concepto

No podemos pasarnos la vida pensando que cada pequeño detalle que aparece se trata de una señal. Caeríamos en una especie de obsesión donde todo importa y por lo tanto nada es verdaderamente especial…

Tampoco podemos esperar de brazos cruzados a que el universo nos diga qué hacer en cada momento. La realidad es que las señales del universo son excepcionales, la mayor parte de tu vida tú te encargarás de poner la pauta, de tomar las decisiones del rumbo que pretendes seguir, y es bueno que sea así.

En lugar de observar con lupa cada evento que ocurra en tu vida es mejor que simplemente ¡vivas la vida! Te puedes plantear la posibilidad de haber recibido una señal cuando se trate de algo crucial, algo que te sorprenda o algo que realmente capte tu atención.

*Pon atención a estos dos envoltorios en los que vienen la señales:

1. Envoltorios con sincronicidad: La sincronicidad es un concepto que el psicólogo Carl Jung definió como “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal». Mmm… en otras palabras lo que cotidianamente llamamos “casualidad”.

Pero como decía antes, no es cualquier casualidad. Quizá te suene el hecho de que algo aparezca en tu vida varias veces en un periodo acotado de tiempo, o tal vez se trate dos eventos inconexos pero que apuntan hacia una misma dirección: puede ser que leas una frase en un libro y luego la escuches por coincidencia en la conversación de unos desconocidos que caminaban en el anden del metro que estabas por tomar…

También puede ser que tengas un tema importante dando vueltas en la cabeza y que por casualidad llegue a tu vida algo que está íntimamente relacionado con esto. Quizá se trate de la solución, de otra perspectiva o de un reforzamiento…

Si detectas una sincronicidad y consideras que el universo realmente está tratando de decirte algo, intenta aterrizar la señal para averiguar hacia dónde te lleva.

2. Envoltorios desafortunados: malas noticias, sustos, fracasos… todos aquellos eventos que tienen una connotación negativa. Como te comentaba antes, son asuntos que suelen desanimarnos en una primera instancia. Y es lo que toca. Somos humanos.

Recuerda que si te ves envuelto en alguna situación así, un buen ejercicio es preguntarse qué está tratando de decirte el universo. ¿Es esto un mensaje invitándome a cambiar? ¿Es una especie de “llamada de atención” del universo?

Hay que tener presente que muchas veces los eventos más dolorosos acaban abriendo nuevos caminos.

Como conclusión…

Puede que hayas llegado hasta acá pensando que tal vez todo lo anterior se pueda explicar de otra forma, quizá pienses que esas “señales del universo” no son más que simples casualidades, consecuencias lógicas de tus acciones o bien, un resultado natural de tu entorno.

Y, ¿sabes qué?… Quizá tengas razón.

No obstante, yo prefiero verlas como señales, porque eso ha logrado que tenga una mejor relación con la realidad.

Me explico: cuando pienso que el universo, conocedor de los caminos más interesantes, quiere lo mejor para mí e incluso es capaz de enviarme alguna pista para transitar por este complejo mundo, mantengo los ojos abiertos pero vivo más relajada y por sobre todo, acepto mejor todo lo que me ocurre.

¿Has conocido gente que pasa diciendo que todo lo malo le pasa siempre? Hay quien vive con miedo o con rabia, quien filtra las cosas a través de un lente más negativo… pues no está de más intentar cambiar ese filtro.

¡Ojo! Con este post no intento convencerte de que pienses igual que yo, solo quiero animarte a reflexionar un poco y compartirte una forma muy personal de entender la realidad por si te sirve de algo…

Quizá podríamos terminar con un ejercicio. Imagina que todo lo que he dicho es verdad. Que el universo está pendiente del camino que tomas y que puede comunicarse contigo. Situándote en los eventos más significativos de tu vida ¿Podrías decir que has escuchado al universo? ¿Sabes lo que te está tratando de decir? Y lo más importante, ¿Le has hecho caso?

Te dejo reflexionar sobre ello!

Pascua

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