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Desafíos y beneficios de independizarse

La clave es tomar la decisión de la forma y en el momento correctos

¿Te has imaginado el momento en que seas tan autosuficiente que la independencia sea el siguiente paso natural? Quizá sueñes con tener tu propio espacio o incluso uno donde puedas compartir con tus amig@s… pero ¿qué implicancias tiene esa etapa que a veces parece tan fascinante?

Creo que no hay una fórmula matemática para establecer quién se puede independizar en qué momento, lo que sí te puedo decir es que en mi caso fue un proceso escalonado. Haciendo una reflexión al respecto, quisiera compartirte algunos asuntos a tomar en cuenta para que evalúes qué tan preparad@ estás para dar este paso, que puede resultar muy beneficioso pero conlleva varios desafíos.

¿Qué significa ser independiente?

Cuando aún vivía con mis padres y mis hermanos fantaseaba con lo genial que sería establecer mis propios horarios, olvidarme de los regaños y de las reglas impuestas en casa para crear las propias. También pensaba que la clave estaba en tener suficiente dinero para no depender de nadie. Ahora sé que tener la posibilidad de pagar tus gastos es primordial, pero ni la suficiencia económica ni los buenos deseos son suficientes para ser netamente independiente.

En realidad, la autonomía está más relacionada a la capacidad de controlar tu vida, de ser tu propi@ guía, de saber hacia dónde quieres ir, desde conocer tus aspiraciones y objetivos hasta desarrollar ciertas habilidades para hacer las tareas por ti mismo. También tiene que ver con las capacidades que tengas para solucionar problemas y con tener plena consciencia de que al tomar una decisión determinada, existe la posibilidad de equivocarse y hay que asumir toda la responsabilidad.

Como ves, dejar la casa familiar para vivir sola o con amig@s no es un reto fácil. Por ello es recomendable seguir ciertos pasos, adoptar determinadas actitudes y estar consciente de sus dificultades y beneficios.

¿Cuál es la etapa más adecuada para dejar el nido?

Cada persona y cada relación es un mundo que funciona con sus propias particularidades, por ello se hace difícil establecer reglas generales en este ámbito, no obstante, los psicólogos coinciden en algo: es recomendable haber alcanzado la madurez propia de la adultez temprana. En otras palabras, que tengas cumplidos por lo menos 20 años para tomar tu propio rumbo. Quizá cuando hayas terminado la carrera o cuando consigas un empleo cuya remuneración te permita vivir cómodamente, pero este solo es un estimado…

¿Por qué no antes? Porque en la etapa anterior, la adolescencia, todos nos encontramos en el proceso de búsqueda de la propia identidad (que por definición conlleva otros muchos retos emocionales). De modo que se hace complejo que aceptemos un desafío que implique tantos cambios y donde además de encargarnos de nosotros mismos, lidiaremos con expectativas, ansiedades y hasta temores.

Además de lo anterior no hay que olvidar lo básico:

  • Tener la madurez y la experiencia para saber tomar una decisión.
  • Hacerte responsable de los errores que puedas cometer.
  • Contar con la capacidad económica, ¡que implica cero patrocinios externos! de lo contrario no estarías logrando hacerte responsable ni tener una verdadera autonomía.
  • Con base en lo anterior te será posible evaluar cuáles son tus opciones y tus posibilidades, ya sea que costees un lugar para ti solo o que compartas con roomies.
  • Estar seguro o tener la convicción de dar ese siguiente paso. 
  • Planear y prever distintos panoramas, sin este ejercicio es posible que te veas en la necesitad de regresar a tu antiguo hogar.

Y si estas segur@ de dar el paso…

Quizá sientas que cuentas con todo lo anterior…pero ¿qué hay de las emociones que surgirán por dejar el nido familiar? Bueno, este es otro gran tema. Desde el punto de vista emocional, lo mejor es salir de casa de tus papás en buenos términos y para ello es indispensable establecer una buena comunicación donde se expongan los motivos y los objetivos que persigues, despejando todas las posibles dudas. La idea es que tu decisión se transforme en un paso a nivel familiar. 

Esta instancia te ayudará a generar confianza y a lograr un desprendimiento sin que ninguna parte se vea afectada, además ayudará a que la relación con tus padres se sienta firme. Si bien, para los padres nunca será fácil dejar ir a sus hijos, siempre será posible contar con su apoyo moral. Además con el tiempo la relación se puede enriquecer para ambas partes.

Por un lado, tus padres te podrán percibir como alguien capaz de tomar sus propias decisiones, alguien que empieza a construir su vida; y por otro, tú sentirás ese empoderamiento que se desprende de ser una persona autónoma y productiva.En muchos casos, los padres comienzan a disfrutar de la paternidad desde otro lugar; con un espacio propio y más tiempo para sí mismos.

Dicho lo anterior… ¡echémosle un vistazo a más beneficios que se logran con la independencia!

Más calidad en las relaciones familiares.

No es de extrañarse que en muchos casos se note una mejora en las relaciones familiares, ya que el convivir con padres y hermanos se valora más. Es natural  priorizar la calidad por sobre la cantidad de encuentros, además se tienen conversaciones más profundas. Me explico: cuando todos viven bajo el mismo techo, los padres suelen llevar “la batuta”, pero al independizarte, descubres toda una nueva fase de su relación: tienes la capacidad de participar a la misma altura y los padres logran forjar lazos con hijos más maduros.

Lo anterior da pie al establecimiento de un “equilibrio familiar”, ya que  todos se van ajustando a cambios que son naturales. Ahora que si optas por compartir casa, tus roomies te otorgarán una nueva experiencia para relacionarte más allá de tu primer hogar.

Mejores elecciones de pareja.

Cuando uno deja el núcleo familiar aprende a vivir consigo mismo, y lo natural es que en la medida en la que un@ se conoce mejor vaya teniendo un proyecto de vida más claro.

Y es que el proceso de independencia fortalece la identidad y permite descubrir cuáles son las metas que se buscan, y por lo tanto, permite también tomar decisiones más consensuadas en el ámbito amoroso.

También es verdad que toda relación conlleva entrega y responsabilidades y al vivir sól@ te preparas mejor para hacer frente a los desafíos en este terreno. Lo anterior  puede traducirse en que tu relación de pareja goce de mayor estabilidad. 

Mejor administración del tiempo y del dinero.

Sé que esto puede sonar un poco aburrido…pero cuando seas independiente verás mucho más claro cuántos beneficios esconde el saber administrarse. Y es que cuando vivimos con nuestros padres gozamos de mucha comodidad porque la responsabilidad de mantener el orden en el hogar no está en nuestras manos.

Bien, pues desde ahora hacer la limpieza,  comprar la despensa (y también un gustito, ¡por qué no!), pagar un arriendo y hacerse cargo de los servicios correspondientes se convertirán en tus tareas, y si bien, esto implica tiempos específicos, orden y constancia, también te servirá para tener una nueva perspectiva sobre la vida ayudándote, entre otras cosas, a tener una mejor cultura financiera (que repercutirá en tu plan de vida) y a dividir tu tiempo entre “deberes” y un necesario tiempo para ti.

Construcción del espacio soñado.  

Si bien hay padres que dejan a sus hijos tomar decisiones en lo que respecta a decoración y muebles en el hogar, cuando te independizas te sentirás a tus anchas, tendrás la oportunidad de decidir, experimentar (¡y a veces arrepentirte!) en elecciones tan simples como acomodar los muebles, elegir el color de las paredes y decorar cada rincón de tu casa…sin limitaciones. Puede sonar trivial, pero es más liberador de lo que parece. Más allá de eso, tendrás la oportunidad de descubrir y establecer tus propias reglas.

¿Vivirás con roomies? Bueno, quizá haya que concesuar ciertas decisiones pero nada que una buena comunicación no permita.

Crecimiento en el campo profesional.

Es natural que uno comience a concentrarse en crecer en el ámbito profesional o que comience a pensar incluso, en algunas opciones de negocio. Mira que por algo decidí asociarme con Jolie para darle vida a la cafetería…Aunque puede sonar complejo, el tener la necesidad de procurar tu estabilidad económica se convierte en una buena motivación para buscar nuevas oportunidades laborales que te den mayor calidad de vida y que te brinden una satisfacción en el proyecto de futuro que te has planteado.

No está de más decir que valorarás enormemente todo lo que has conseguido a base de esfuerzo y sacrificio.

Conocimiento personal y autoconfianza. 

Al comenzar a tomar decisiones sobre tu vida y darle el sentido que tú elijas, aprenderás a conocerte a ti mismo y cambiarás la perspectiva que tienes con tu entorno. Pasarás a ser una persona autónoma capaz de manejar su propia vida y eso se reflejará en un fortalecimiento de tu seguridad y tu autoestima.

Y si hay cosas de ti que no te gustan, es el momento perfecto para cambiarlas. Conviértete en la persona con la que quisieras vivir. Es tu responsabilidad, es tu momento, es tu tiempo y es tu espacio, ¡Disfrútalo!

Conclusión

La vida independiente implica más que pagar cuentas y lavar platos; conlleva deberes y responsabilidades trascendentales, como el hecho de tener que ser una persona capaz de mantenerse y de autogobernarse. Al demostrarte que puedes manejar situaciones que antes no estaban en tus manos deviene una sensación de satisfacción y de autoconfianza que siempre será positiva para tu crecimiento personal.

En mi experiencia, siempre que des este paso con responsabilidad, tu desarrollo personal se verá afectado positivamente. Las nuevas experiencias que vivas y los descubrimientos que hagas en el camino te permitirán tener una postura más propia frente a la vida, una conciencia mayor de ti mism@ que consolidará tu identidad y te acercará más al proyecto de vida que te has planteado. ¿Estás preparad@ para aceptar este desafío?

La clave es tomar la decisión de la forma y en el momento correctos

¿Te has imaginado el momento en que seas tan autosuficiente que la independencia sea el siguiente paso natural? Quizá sueñes con tener tu propio espacio o incluso uno donde puedas compartir con tus amig@s… pero ¿qué implicancias tiene esa etapa que a veces parece tan fascinante?

Creo que no hay una fórmula matemática para establecer quién se puede independizar en qué momento, lo que sí te puedo decir es que en mi caso fue un proceso escalonado. Haciendo una reflexión al respecto, quisiera compartirte algunos asuntos a tomar en cuenta para que evalúes qué tan preparad@ estás para dar este paso, que puede resultar muy beneficioso pero conlleva varios desafíos.

¿Qué significa ser independiente?

Cuando aún vivía con mis padres y mis hermanos fantaseaba con lo genial que sería establecer mis propios horarios, olvidarme de los regaños y de las reglas impuestas en casa para crear las propias. También pensaba que la clave estaba en tener suficiente dinero para no depender de nadie. Ahora sé que tener la posibilidad de pagar tus gastos es primordial, pero ni la suficiencia económica ni los buenos deseos son suficientes para ser netamente independiente.

En realidad, la autonomía está más relacionada a la capacidad de controlar tu vida, de ser tu propi@ guía, de saber hacia dónde quieres ir, desde conocer tus aspiraciones y objetivos hasta desarrollar ciertas habilidades para hacer las tareas por ti mismo. También tiene que ver con las capacidades que tengas para solucionar problemas y con tener plena consciencia de que al tomar una decisión determinada, existe la posibilidad de equivocarse y hay que asumir toda la responsabilidad.

Como ves, dejar la casa familiar para vivir sola o con amig@s no es un reto fácil. Por ello es recomendable seguir ciertos pasos, adoptar determinadas actitudes y estar consciente de sus dificultades y beneficios.

¿Cuál es la etapa más adecuada para dejar el nido?

Cada persona y cada relación es un mundo que funciona con sus propias particularidades, por ello se hace difícil establecer reglas generales en este ámbito, no obstante, los psicólogos coinciden en algo: es recomendable haber alcanzado la madurez propia de la adultez temprana. En otras palabras, que tengas cumplidos por lo menos 20 años para tomar tu propio rumbo. Quizá cuando hayas terminado la carrera o cuando consigas un empleo cuya remuneración te permita vivir cómodamente, pero este solo es un estimado…

¿Por qué no antes? Porque en la etapa anterior, la adolescencia, todos nos encontramos en el proceso de búsqueda de la propia identidad (que por definición conlleva otros muchos retos emocionales). De modo que se hace complejo que aceptemos un desafío que implique tantos cambios y donde además de encargarnos de nosotros mismos, lidiaremos con expectativas, ansiedades y hasta temores.

Además de lo anterior no hay que olvidar lo básico:

Y si estas segur@ de dar el paso…

Quizá sientas que cuentas con todo lo anterior…pero ¿qué hay de las emociones que surgirán por dejar el nido familiar? Bueno, este es otro gran tema. Desde el punto de vista emocional, lo mejor es salir de casa de tus papás en buenos términos y para ello es indispensable establecer una buena comunicación donde se expongan los motivos y los objetivos que persigues, despejando todas las posibles dudas. La idea es que tu decisión se transforme en un paso a nivel familiar. 

Esta instancia te ayudará a generar confianza y a lograr un desprendimiento sin que ninguna parte se vea afectada, además ayudará a que la relación con tus padres se sienta firme. Si bien, para los padres nunca será fácil dejar ir a sus hijos, siempre será posible contar con su apoyo moral. Además con el tiempo la relación se puede enriquecer para ambas partes.

Por un lado, tus padres te podrán percibir como alguien capaz de tomar sus propias decisiones, alguien que empieza a construir su vida; y por otro, tú sentirás ese empoderamiento que se desprende de ser una persona autónoma y productiva.En muchos casos, los padres comienzan a disfrutar de la paternidad desde otro lugar; con un espacio propio y más tiempo para sí mismos.

Dicho lo anterior… ¡echémosle un vistazo a más beneficios que se logran con la independencia!

Más calidad en las relaciones familiares.

No es de extrañarse que en muchos casos se note una mejora en las relaciones familiares, ya que el convivir con padres y hermanos se valora más. Es natural  priorizar la calidad por sobre la cantidad de encuentros, además se tienen conversaciones más profundas. Me explico: cuando todos viven bajo el mismo techo, los padres suelen llevar “la batuta”, pero al independizarte, descubres toda una nueva fase de su relación: tienes la capacidad de participar a la misma altura y los padres logran forjar lazos con hijos más maduros.

Lo anterior da pie al establecimiento de un “equilibrio familiar”, ya que  todos se van ajustando a cambios que son naturales. Ahora que si optas por compartir casa, tus roomies te otorgarán una nueva experiencia para relacionarte más allá de tu primer hogar.

Mejores elecciones de pareja.

Cuando uno deja el núcleo familiar aprende a vivir consigo mismo, y lo natural es que en la medida en la que un@ se conoce mejor vaya teniendo un proyecto de vida más claro.

Y es que el proceso de independencia fortalece la identidad y permite descubrir cuáles son las metas que se buscan, y por lo tanto, permite también tomar decisiones más consensuadas en el ámbito amoroso.

También es verdad que toda relación conlleva entrega y responsabilidades y al vivir sól@ te preparas mejor para hacer frente a los desafíos en este terreno. Lo anterior  puede traducirse en que tu relación de pareja goce de mayor estabilidad. 

Mejor administración del tiempo y del dinero.

Sé que esto puede sonar un poco aburrido…pero cuando seas independiente verás mucho más claro cuántos beneficios esconde el saber administrarse. Y es que cuando vivimos con nuestros padres gozamos de mucha comodidad porque la responsabilidad de mantener el orden en el hogar no está en nuestras manos.

Bien, pues desde ahora hacer la limpieza,  comprar la despensa (y también un gustito, ¡por qué no!), pagar un arriendo y hacerse cargo de los servicios correspondientes se convertirán en tus tareas, y si bien, esto implica tiempos específicos, orden y constancia, también te servirá para tener una nueva perspectiva sobre la vida ayudándote, entre otras cosas, a tener una mejor cultura financiera (que repercutirá en tu plan de vida) y a dividir tu tiempo entre “deberes” y un necesario tiempo para ti.

Construcción del espacio soñado.  

Si bien hay padres que dejan a sus hijos tomar decisiones en lo que respecta a decoración y muebles en el hogar, cuando te independizas te sentirás a tus anchas, tendrás la oportunidad de decidir, experimentar (¡y a veces arrepentirte!) en elecciones tan simples como acomodar los muebles, elegir el color de las paredes y decorar cada rincón de tu casa…sin limitaciones. Puede sonar trivial, pero es más liberador de lo que parece. Más allá de eso, tendrás la oportunidad de descubrir y establecer tus propias reglas.

¿Vivirás con roomies? Bueno, quizá haya que concesuar ciertas decisiones pero nada que una buena comunicación no permita.

Crecimiento en el campo profesional.

Es natural que uno comience a concentrarse en crecer en el ámbito profesional o que comience a pensar incluso, en algunas opciones de negocio. Mira que por algo decidí asociarme con Jolie para darle vida a la cafetería…Aunque puede sonar complejo, el tener la necesidad de procurar tu estabilidad económica se convierte en una buena motivación para buscar nuevas oportunidades laborales que te den mayor calidad de vida y que te brinden una satisfacción en el proyecto de futuro que te has planteado.

No está de más decir que valorarás enormemente todo lo que has conseguido a base de esfuerzo y sacrificio.

Conocimiento personal y autoconfianza. 

Al comenzar a tomar decisiones sobre tu vida y darle el sentido que tú elijas, aprenderás a conocerte a ti mismo y cambiarás la perspectiva que tienes con tu entorno. Pasarás a ser una persona autónoma capaz de manejar su propia vida y eso se reflejará en un fortalecimiento de tu seguridad y tu autoestima.

Y si hay cosas de ti que no te gustan, es el momento perfecto para cambiarlas. Conviértete en la persona con la que quisieras vivir. Es tu responsabilidad, es tu momento, es tu tiempo y es tu espacio, ¡Disfrútalo!

Conclusión

La vida independiente implica más que pagar cuentas y lavar platos; conlleva deberes y responsabilidades trascendentales, como el hecho de tener que ser una persona capaz de mantenerse y de autogobernarse. Al demostrarte que puedes manejar situaciones que antes no estaban en tus manos deviene una sensación de satisfacción y de autoconfianza que siempre será positiva para tu crecimiento personal.

En mi experiencia, siempre que des este paso con responsabilidad, tu desarrollo personal se verá afectado positivamente. Las nuevas experiencias que vivas y los descubrimientos que hagas en el camino te permitirán tener una postura más propia frente a la vida, una conciencia mayor de ti mism@ que consolidará tu identidad y te acercará más al proyecto de vida que te has planteado. ¿Estás preparad@ para aceptar este desafío?

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