Episodio 9:
La persecución en Murcia
—¡Es una trampa!
Gritó el hombre de negro, a sus compañeros que, en ese instante, llegaban con sus motos a la rotonda donde segundos antes se había producido la colisión. Detrás de ellos avanzaban las patrullas de policía con sus sirenas encendidas y, más allá, en la lejanía, ambulancias y grúas se habían puesto en marcha. Los conductores bajaban de los autos que estaban atravesados sobre la calle en todas direcciones y se llevaban las manos a la cabeza contemplando el atasco monumental que el choque había causado.
—¡El auto rojo es un señuelo! —volvió a gritar, montándose en la moto y rogando al cielo que esta maniobra diera resultado.