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Crea tu Diario de Viajes

¿Conoces los tesoros que esconde elaborar un diario de viajes?

Muchos saben que soy fanática de los diarios de vida, las bitácoras y los planners y… la verdad es que nunca salgo de casa sin al menos una libreta en el bolso. Además creo que no hay mejor forma de conocerse que escribiendo día a día nuestra propia historia. Pero esta vez quiero escribir de un diario que reúne exclusivamente las experiencias en torno a la apasionante actividad de viajar. Dicen que recordar es volver a vivir… y por eso, si se quiere mantener siempre vivo lo que se aprende y se experimenta en un viaje soñado, hay una linda alternativa: crear un diario de viaje.

Los diarios o bitácoras de viaje tienen un origen antiquísimo, grandes viajeros como Marco Polo o Cristóbal Colón acudieron a ellos para reconstruir sus experiencias relatando sus impresiones, haciendo dibujos y elaborando mapas.  Todo esto hoy constituye un legado para la humanidad. Quizá no tengamos el afán de hacer historia, pero sí de mantener para siempre aquellos pensamientos, observaciones y sensaciones que hicieron especial o mágico aquel lugar visitado.

El intenso aroma floral en el jardín de Keukenhof en Holanda, la delicia de un gofre belga recién horneado, la romántica sensación de caminar junto al río Sena en un día ventoso, la escena de dos ancianos tomados de la mano en el Puente Carlos en Praga… cosas que nunca viste antes, detalles que capturaron tu atención o que simplemente hicieron de ese viaje una experiencia única. Todo cabe en ese cuaderno que luego se convertirá en el cofre con un montón de tesoros.

Un diario de viaje es algo muy personal. El fin que le destines puede variar, quizá quieras comenzar una colección de tus travesías para luego publicar un blog, o quieras llevar un registro de cómo ha ido progresando tu personalidad a medida que viajas, o simplemente lo haces porque lo disfrutas sin más. Créeme, se puede volver un hobby. Todo es válido, además no hay una “receta” única para elaborarlo. Aquí quiero compartirte algunas sugerencias de cómo lo hago yo, entendiendo que al final eres tú quien decidirá cómo llevar y organizar lo recopilado antes, durante y después del viaje. ¡Comencemos entonces!

Preparando motores…

  • Ten lista tu herramienta para el viaje. Toma tu cuaderno, planner o agenda, esa que se convertirá en tu compañera de viaje, y asegúrate de llevar unos cuantos lápices que te gusten. Puedes escribir como título el lugar a visitar o cualquier frase que te inspire para ese recorrido en particular. Cuando comiences a escribir no olvides anotar la fecha exacta, este dato es indispensable para conectar los eventos del viaje. No es necesario ser escritora o diseñadora nivel experto, lo que importa es prestar atención con todos los sentidos para documentar todo lo que consideres importante para ti. 
  • Puedes comenzar justo antes de partir. Algunos optan por comenzar a escribir justo en los instantes previos al viaje, tal vez estés haciendo las últimas revisiones, preparando la maleta o quizá ya estés sentada en el avión… En ese minuto seguramente tendrás muchas expectativas, emociones y nerviosismo que puedes descargar escribiendo algunas líneas. La idea es que luego compares lo que esperabas con las impresiones reales del lugar a visitar y puedas elaborar una reflexión. En todo caso, la parte más importante siempre llega con el viaje en sí.

Durante el viaje…

  • Comodidad y practicidad. Tu diario te acompañara por cada rincón que recorras. Asegúrate de darle su espacio en el bolso, la mochila o en el bolsillo de tu abrigo junto con tu pluma o lápiz favorito. La cosa es tenerlo a la mano y que sea fácilmente transportable. Estas características te permitirán hacer anotaciones rápidas en el momento indicado, atesorando más impresiones que permanecerán a lo largo del tiempo. Hay quienes incluso llevan una libreta pequeña para anotar detalles ágilmente durante el día y una grande para traspasar y completar los apuntes después.
  • Escribe primero y luego elabora. Hay quienes optan desde el principio por convertir ese diario en algo artístico y detallado, pero eso siempre requiere de tiempo extra, y aunque no es imposible, implica cargar con más elementos y destinar momentos que quizá no valga la pena perder durante el viaje. Una buena opción es usar tu diario en primera instancia para tomar notas, asegurándote de incluir la fecha, lo que estás visitando, que puede ser una pequeña placita que no aparece ni en el mapa, pero que despierta en ti, algo… anótalo… describe muy brevemente lo que te rodea, y luego todas las emociones que te despierta ese lugar, aunque te parezcan inconexas…. Confía… todo hará sentido después. Posteriormente puedes dedicarte con más calma al desarrollo de la escritura y a la  elaboración artística.
  • Crea tus momentos y espacios para escribir. ¿Cuál es el momento y lugar más indicado para documentar cuando se está en continuo movimiento? Puede ser ese café donde hiciste una pausa para descansar, el tren en el que viajas hacia otra ciudad, el lobby del hotel, ese parque inspirador o incluso el aeropuerto. También puedes crear un ritual donde aproveches un momento para escribir, por ejemplo al levantarte o antes de irte a la cama. Lo más importante es que seas constante y que al menos escribas un poco cada día. Créeme, si no escribes algo cada día, el nivel de imágenes y estímulos del día siguiente te hará olvidar el anterior, y las fotografías no bastan porque luego no sabrás a qué sitio pertenecía cada imagen.

Terminando el viaje…

  • Escribe un epílogo. Uff ha terminado esa maravillosa experiencia…seguramente tendrás esa paradójica sensación de estar cansada, pero al mismo tiempo repleta de nueva energía por la frescura de la experiencia. Es importante quedarse con los lugares que hemos visitado cada día, pero también lo es anotar lo que esos lugares nos han transmitido. Por eso hay que destinar un último capítulo en tu diario donde apuntes tus aprendizajes y reflexiones finales. Quizá quieras añadir también recomendaciones en caso de volver al mismo lugar. 
  • Y para decorarlo… la estética que más te atraiga.  Nuestro diario de viaje se puede convertir en un verdadero ejercicio creativo. Las reglas para darle el estilo más adecuado las pones tú. Puedes seguir tu instinto y conservar tu toque personal o bien, puedes inspirarte paseando por pinterest. La idea primordial es plasmar los recuerdos de tus aventuras de una manera bella y evocadora.
¿Conoces los diarios de viaje del ingeniero aeronáutico José Naranja? Son geniales!

Ya sabrás que yo escribí una bitácora que reunía tanto mis experiencias personales con las de algunos viajes que realicé. Ese formato fue un mix que comencé escribiendo como parte de mi terapia con el Dr. Charcot, pero también acompañé con cientos de souvenirs y recuerdos de mis viajes, acuarelas y stickers. 

Acá te muestro parte de mi bitácora!

Se vale reescribir, crear tu propia tipografía para resaltar el texto, añadir fotos, postales y mapas, dibujar paisajes o monumentos, hacer un cómic de las situaciones, anotar la música que escuchaste durante el viaje, pintar con acuarela, decorar con servilletas, tickets, entradas, stickers… adherir elementos naturales como flores, ramas u hojas, o bien, integrar todo lo anterior en un collage. ¿Te llevas mejor con alguna técnica o con algún material en específico? ¿Hay alguna técnica que representa mejor tu viaje? Si tu estilo es más minimal, también está bien, aquí lo que cuenta es cómo quieras tú evocar el viaje.

Lo más importante es disfrutar del proceso sin que se vuelva una carga. Bien dicen que un viaje se vive 3 veces, al planearlo, al vivirlo y al recordarlo. Y al igual que en tu diario de vida, tampoco tienes la obligación de mostrarle el resultado final a nadie, así que míralo como un espacio de libertad total. Cuando pasen los años y vuelvas a abrir ese diario, podrás traer al presente aquellas sensaciones que viviste para disfrutarlas de nuevo, ¡te lo aseguro!, un diario de viajes siempre acaba por convertirse en el más valioso cofre de tesoros.

¿Conoces los tesoros que esconde elaborar un diario de viajes?

Muchos saben que soy fanática de los diarios de vida, las bitácoras y los planners y… la verdad es que nunca salgo de casa sin al menos una libreta en el bolso. Además creo que no hay mejor forma de conocerse que escribiendo día a día nuestra propia historia. Pero esta vez quiero escribir de un diario que reúne exclusivamente las experiencias en torno a la apasionante actividad de viajar. Dicen que recordar es volver a vivir… y por eso, si se quiere mantener siempre vivo lo que se aprende y se experimenta en un viaje soñado, hay una linda alternativa: crear un diario de viaje.

Los diarios o bitácoras de viaje tienen un origen antiquísimo, grandes viajeros como Marco Polo o Cristóbal Colón acudieron a ellos para reconstruir sus experiencias relatando sus impresiones, haciendo dibujos y elaborando mapas.  Todo esto hoy constituye un legado para la humanidad. Quizá no tengamos el afán de hacer historia, pero sí de mantener para siempre aquellos pensamientos, observaciones y sensaciones que hicieron especial o mágico aquel lugar visitado.

El intenso aroma floral en el jardín de Keukenhof en Holanda, la delicia de un gofre belga recién horneado, la romántica sensación de caminar junto al río Sena en un día ventoso, la escena de dos ancianos tomados de la mano en el Puente Carlos en Praga… cosas que nunca viste antes, detalles que capturaron tu atención o que simplemente hicieron de ese viaje una experiencia única. Todo cabe en ese cuaderno que luego se convertirá en el cofre con un montón de tesoros.

Un diario de viaje es algo muy personal. El fin que le destines puede variar, quizá quieras comenzar una colección de tus travesías para luego publicar un blog, o quieras llevar un registro de cómo ha ido progresando tu personalidad a medida que viajas, o simplemente lo haces porque lo disfrutas sin más. Créeme, se puede volver un hobby. Todo es válido, además no hay una “receta” única para elaborarlo. Aquí quiero compartirte algunas sugerencias de cómo lo hago yo, entendiendo que al final eres tú quien decidirá cómo llevar y organizar lo recopilado antes, durante y después del viaje. ¡Comencemos entonces!

Preparando motores…

Durante el viaje…

Terminando el viaje…

¿Conoces los diarios de viaje del ingeniero aeronáutico José Naranja? Son geniales!

Ya sabrás que yo escribí una bitácora que reunía tanto mis experiencias personales con las de algunos viajes que realicé. Ese formato fue un mix que comencé escribiendo como parte de mi terapia con el Dr. Charcot, pero también acompañé con cientos de souvenirs y recuerdos de mis viajes, acuarelas y stickers. 

Acá te muestro parte de mi bitácora!

Se vale reescribir, crear tu propia tipografía para resaltar el texto, añadir fotos, postales y mapas, dibujar paisajes o monumentos, hacer un cómic de las situaciones, anotar la música que escuchaste durante el viaje, pintar con acuarela, decorar con servilletas, tickets, entradas, stickers… adherir elementos naturales como flores, ramas u hojas, o bien, integrar todo lo anterior en un collage. ¿Te llevas mejor con alguna técnica o con algún material en específico? ¿Hay alguna técnica que representa mejor tu viaje? Si tu estilo es más minimal, también está bien, aquí lo que cuenta es cómo quieras tú evocar el viaje.

Lo más importante es disfrutar del proceso sin que se vuelva una carga. Bien dicen que un viaje se vive 3 veces, al planearlo, al vivirlo y al recordarlo. Y al igual que en tu diario de vida, tampoco tienes la obligación de mostrarle el resultado final a nadie, así que míralo como un espacio de libertad total. Cuando pasen los años y vuelvas a abrir ese diario, podrás traer al presente aquellas sensaciones que viviste para disfrutarlas de nuevo, ¡te lo aseguro!, un diario de viajes siempre acaba por convertirse en el más valioso cofre de tesoros.

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