Pascualina despertó con frío. Estaba en lo que parecía ser una oscura caverna, iluminada solo por una pequeña fogata frente al improvisado lecho de mantas en el que yacía. Sus ropas y pelo estaban húmedos, pero las llamas le brindaban algo de calor y ayudaban a secarla.

Visiones fragmentadas vinieron a su mente. Se hundía en el agua, la corriente la arrastraba. Era incapaz de salir a flote. A veces lograba sacar la cabeza por sobre la superficie y tomaba una bocanada de aire, para luego volver a sumergirse en el río. Las imágenes eran confusas, trozos de recuerdos sin orden ni sentido. Hizo memoria, lo último que recordaba era el ataque sorpresa de los sphinges a los pies de la montaña, el cómo capturaban a sus hermanos mientras ella corría por un puente sobre […]